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viernes, 1 de marzo de 2019

El pobre en el lodo

Imagine un lodazal donde una persona carente y necesitada busca comida. El Frente Amplio llegó y sacó al desvalido del fango, lo bañó, le lavó la ropa y para no dejarlo volver al légamo sin nada, le dio un par de guantes y un mameluco para que vuelva a buscar su comida en el lodo, pero en esta ocasión, con más dignidad que antes.
Ahora el pobre sigue buscando su comida en el limo, pero con dignidad, porque ahora no ensucia su ropa ni sus manos.

- Pero todavía falta compañero. Hemos hecho avances, pero falta mucho aun. 

En el siguiente período de gobierno, el Frente Amplio redobló la apuesta. Ahora le instaló un lluvero y un locker al lado del cenagal para que el compañero pobre se pueda bañar luego de toda la jornada de búsqueda de su alimento, y pueda guardar su ropa limpia mientras "trabaja".
Para este "logro" se ha hecho una importante inversión: se ha traído una red de agua corriente hasta el cieno para conectar el lluvero, y a su vez, se ha impulsado la industria de lluveros y lockers, sin contar cuando se incentivó la industria textil con los mamelucos y los guantes.

- Usted no sabe lo que era buscar comida en el barro antes. Se nos ensuciaban las manos, andabamos con la ropa sucia todo el día, y nunca un político se nos acercó para darnos una mano. Hoy, gracias al Frente Amplio, ya no nos ensuciamos las manos y nos vamos limpios a casa.

¿No se da cuenta que sigue buscando su comida en el pantano? No. Es más fácil engañar a una persona que explicarle que ha sido engañada.

Así es como un montón de gente vive en asentamientos, presos de la delincuencia, sin poder siquiera salir de su casa a pasar un par de horas en el parque con sus hijos, porque al regresar la encontrarían vacía. Viven en zonas copadas por la delincuencia, donde una bala perdida puede alcanzarlo cuando esté saliendo de su casa, o puede entrar en su living y dar en la cabeza de quien este viendo el plasma con DirecTV.
Viven en la misma pobreza de antes, en el mismo rancho precario, rodeado de más delincuencia que antes, pero con "más dignidad": Tienen televisión satelital, wifi, smartphones, y hasta un Wii.

Pero algo no huele bien. Algunos pobres se dan cuenta de que tienen todos esos accesorios porque, en realidad, se resignaron a que nunca van a salir de ahí, y por ende, al menos decidieron vivir lo mejor que se pueda en esa realidad. Pero esa realidad se está deteriorando. Seguían siendo pobres, ahora algo más cómodos y confortables, pero ¿de qué sirve eso, si la violencia circundante puede acabar con sus vidas? ¿De qué sirve si son esclavos dentro de ese barrio dominado por malvivientes? ¿De qué sirve si no son libres?

Sí, el tarquín huele mal. Ahora busca su comida con guantes, se cubre con mameluco, se baña y se cambia, pero la mugre huele mal. Siempre olió mal

El pobre se comienza a quejar. El Frente Amplio tiene las elecciones cerca y no le conviene la queja.
- Compañero, sabemos que falta mucho aun (siempre el mismo verso). Pero no olvidemos las conquistas, compañero. No retrocedamos. Que no venga la derecha reaccionaria y conservadora con su intención restauradora y usted vuelva a buscar su comida en el lodo sin guantes, ni mamelucos, ni lluvero ni locker.

En ese momento, el Frente Amplio redobla su apuesta y aumenta el déficit fiscal endeudando cada vez más al país para priorizar el gasto social y comprarle un tapa boca al pobre, porque éste se quejaba del mal olor del cochambre.

El pobre recibe el tapaboca contento, porque cuando le reclamó a SU gobierno por el mal olor, SU gobierno, siempre sensible a las necesidades de los más desvalidos, le respondió.

Así se logra un tercer gobierno del Frente Amplio. El pobre sigue buscando su comida en el muladar, pero ahora lo hace con toda la dignidad con la que el Frente lo ha vestido: guantes, mameluco, lluvero, locker y el último "logro", el tapaboca.

La oposición fracasa en hacerle ver al pobre menesteroso que sigue buscando su alimento en el fangal. Él, con su mente ya cooptada por el relato, le responde que cuando ellos eran gobierno no le arrojaron ni siquiera algo tan sencillo ni barato como un par de guantes; sin embargo el Frente Amplio no ha dejado de darle cosas desde que llegaron al poder.

El carente y desfavorecido, hundido en la ciénaga, cree que su situación ha sido revestida de "dignidad". Ha creído que esos accesorios que el Frente Amplio le dió eran sus "derechos". Y se estremece, como el tembladal sobre el que está apoyado, al oír a la oposición prometer que lo va a sacar del estercolero.

El Frente Amplio redobla la coerción: Ellos vendrán a quitarte los guantes, los mamelucos, el lluvero, el locker y el tapabocas. En tí está el poder para evitarlo, con tu voto.

En realidad, el desdichado no debería tener miedo. Nadie le va a sacar nada de eso (salvo un latero con una porlongada abstinencia). Eso es suyo. Se lo dieron; nadie se lo toca. Nada más alguien algún día querrá tomarse el atrevimiento de hacer que desaparezca el barro, y no será alguien del Frente Amplio. Todo los instrumentos dados, que son suyos, los aprovecharán en un nuevo lugar. Ya no trabajarán en forma supuestamente "digna" hundido en un barrial indigno. Faenarán de forma digna en una tierra digna. Serán sacados del tremedal y puestos en tierra firme.


Algún día lo vas a ver.